Prevención Inteligente en la era digital: Formación e innovación, los eslabones perdidos de la empre
La introducción de nuevas tecnologías en las Empresas responde a uno de los principios generales de la prevención y, como tal, es laudable. Ahora bien, si la organización que adopta este tipo de estrategia no tiene en cuenta su contexto real, ni los nuevos riesgos que introduce, sus efectos no sólo serán contrarios a lo esperado, sino que resultarán desalentadores para mandos y trabajadores. Y esto es así, porque la propia evaluación de los riesgos es recursiva, cada vez que se introduce un medida preventiva es necesario considerar el nuevo contexto (Formar) y los nuevos riesgos (Innovar).
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Por otro lado, en cuanto a la cultura preventiva, muchas compañías de índole mundial han ido construyendo una sólida cultura de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) en sus organizaciones. Las corporaciones más avanzadas, sin embargo, ya han expresado por activa y por pasiva que esta cultura está desgastada, y que necesita un vigoroso empuje, que ayude a mantenerla y a mejorarla, con el fin de poder afrontar los retos de un escenario económico, político y social en permanente transformación y mucho más exigente con el valor y el respeto por la integridad de la salud de las personas.
La problemática planteada no es privativa única de la gestión de la SSL, ocurre en prácticamente la totalidad de las áreas de gestión de una empresa moderna. ¿Y cuál es la respuesta de las empresas del siglo XXI? Su respuesta está siendo la anticipación, utilizando lo que se conoce como Big Data Analytics, las organizaciones pueden anticipar las necesidades de sus clientes, actuales y potenciales, no sólo conductas humanas, sino también los antecedentes y consecuencias de estas conductas.
La digitalización de las empresas es hoy una realidad palpable y, con ello, la generación de datos a tiempo real. A pesar de ello, los datos sin inteligencia no aportan información, por mucho que estén acompañados de golosos paneles de gráficos, de cuadros de mando coloreados o de cualquier recuso gráfico-conceptual al uso. Serán, simplemente datos, y su mera acumulación, por muy homogénea que sea, no los convierte en información útil para la toma de decisiones.
Entonces, ¿cuáles son los requisitos necesarios para transformar estos datos en información útil para la toma de decisiones en materia de SST? Tanto desde el punto de vista académico, como desde el profesional y el administrativo, la respuesta unánime se puede sintetizar en estos tres puntos:
Una voluntad firme de considerar los trabajadores como clientes de la gestión de la SST, para satisfacer sus necesidades de bienestar y captar valor para la organización.
La digitalización de los datos pertinentes para alcanzar ese doble objetivo, que sólo será posible si se tutela por especialistas en prevención.
Una formación que proporcione no sólo las métricas adecuadas para la gestión, sino además la capacidad de formular las preguntas pertinentes.
Sólo de esta forma, mediante el Intelligent Big Data, pueden proporcionarse medidas proactivas integradas, que faciliten la adopción de innovaciones tecnológicas y organizativas, acrecentando la cultura empresarial. Esta consideración supone tener en cuenta el contexto real de la organización, para lo cual no sirven las soluciones generalistas pre-encapsuladas, o la aplicación de teorías fuera de contexto.
Estamos convencidos que el Intelligent Big data acabará siendo una cuestión de supervivencia para las empresas que deseen realizar una SST compatible con el paradigma actual; la amenaza de desaparición de las otras, es una realidad que no merece discusión.
Así pues, cuando hablamos de Intelligent Big data nos referimos a “saber transformar preguntas inteligentes en respuestas eficientes”. Es ahí donde la Formación en la Empresa se presenta, no solo como una herramienta básica de la misma, si no que se convierte en el hecho diferencial y estratégico que marca la línea entre éxito y extinción.
Hacernos preguntas inteligentes requiere de unas buenas prácticas conceptuales adquiridas en el proceso de Formación en la Empresa. Esperar a otros para implementar las respuestas es una cuestión de supervivencia. Dilatar las soluciones es apostar por el fracaso o jugar a ganar el gran premio de la ruleta rusa confiando que Fortuna nos favorezca, pero ya conocemos la respuesta científica a los juegos de azar… siempre acaba ganando la banca, en este caso la Empresa que ha hecho de la Formación e Innovación su razón de ser.
Las distintas actuaciones en estas dos materias deben permitirnos ayudar a anticipar preguntas inteligentes que den pie a soluciones innovadora, lo que permitirá convertir a éstas Empresas en pioneras a la hora de asumir, generar y desplegar estrategias de Inteligencia Preventiva que faciliten y aseguren la transformación de sus datos de SST en información útil e inteligente (smart) centrada en las personas… garantía de éxito en la Era Digital.
FUENTE: ORP